[es-ma-lla-o]
Dícese de quien no puede ignorar un buen plato cuando lo tiene delante.

Aquí no se viene a comer.
Se viene a volver a casa con cada bocado.

La carta de Lamalaka es una declaración de principios:
raíces, sabor y recetas sin maquillaje.

[ja-ra-na]
Fiesta que no se planea. Solo ocurre.

Si todo se derrumba,
aquí seguiremos bailando.

Risa suelta, arte en vena y alma encendida.

Porque el sur no olvida:
cuando no queda nada… queda el compás.

[a-pa-lan-car-se]
Dejarse caer. Soltar el cuerpo. Esperar que la brisa te ponga en orden.

No es descanso. Es un arte.

Aquí parar no es perder el tiempo.
Es sabérselo vivir.

Bienvenido al estado LAHAMAKA.

¿Vienes?

La mesa está puesta.
La brisa también.

EL MAR TE LLAMABA

El mar, la brisa, la comida, la fiesta… Solo faltabas tú.

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