Aquí no se viene a comer.
Se viene a volver a casa con cada bocado.
La carta de Lamalaka es una declaración de principios:
raíces, sabor y recetas sin maquillaje.
Si todo se derrumba,
aquí seguiremos bailando.
Risa suelta, arte en vena y alma encendida.
Porque el sur no olvida:
cuando no queda nada… queda el compás.
No es descanso. Es un arte.
Aquí parar no es perder el tiempo.
Es sabérselo vivir.
Bienvenido al estado LAHAMAKA.
Este sitio utiliza cookies para garantizar una navegación deliciosa. Algunas son esenciales, otras nos ayudan a mejorar. Tú eliges el plan.